Harry Potter y las Reliquias de la Mente

¿Qué pasa en el cerebro cuando nos metemos de lleno en la lectura de un libro? Gracias a un estudio de un grupo de psicólogos de la Freie Universität Berlin (publicado este mes en la revista Neuroreport) nos vamos acercando a la respuesta.

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No es magia, es ciencia

Un arbusto que estaba en el borde del claro se agitó… Entonces, de entre las sombras, una figura encapuchada se acercó gateando, como una bestia al acecho. Harry, Malfoy y Fang permanecieron paralizados. La figura encapuchada llegó hasta el unicornio, bajó la cabeza sobre la herida del animal y comenzó a beber su sangre. – Harry Potter y la piedra filosofal.

Un grupo de alumnos desfiló con timidez por el espacio que había entre la mesa de Gryffindor y la de Hufflepuff; todos ponían mucho empeño en no colocarse a la cabeza del grupo. Realmente parecían muy pequeños; Harry estaba seguro de que él no lo parecía tanto cuando llegó por primera vez a Hogwarts. – Harry Potter y la Orden del Fénix.

El primer fragmento podría ser uno de lo que los investigadores consideraron como que inducen al miedo, mientras que el segundo sería uno neutral. Seleccionaron 40 fragmentos de cada tipo, de unas 4 líneas de longitud. El criterio para decidir si era de un tipo u otro atendía a factores como número de letras, palabras, oraciones y oraciones subordinadas por pasaje, número de personas o personajes (como elemento narrativo), el tipo de interacción entre personajes o la cantidad de eventos sobrenaturales (como la magia).

Estos 80 fragmentos se otorgaron a individuos para que los leyeran mientras se les hacía una fMRI. Otro grupo distinto de individuos puntuó los fragmentos neutros y de miedo por nivel de inmersión  calificando su experiencia subjetiva ‘olvidé el resto del mundo mientras leía’ en una escala del 1 (totalmente falso) a 7 (totalmente cierto). Aunque la diferencia entre miedo (media = 3.75) y neutral (media = 3.18) era estadísticamente significativa, los niveles de inmersión no fueron todos tan sorprendentes, estando por debajo del punto medio incluso en los pasajes terroríficos.

Fig 1B Prisoner of mid-cingulate cortex

La parte más clarita es el giro medial cingulado, que era el que mostraba más diferencia entre pasajes que suscitaban temor y pasajes neutrales.

Los resultados apoyan básicamente la idea de que las redes neuronales de empatía del cerebro de un lector se vuelven más activas durante los momentos emocionantes de una historia comparada con los momentos más neutros. Se da especialmente cuando los personajes pasan por situaciones negativas, de suspense, de miedo o de excitación sexual.

En palabras del autor, ‘las descripciones del dolor o la angustia de los protagonistas características de los pasajes de miedo, al parecer causó una mayor participación de las estructuras principales del dolor y de la empatía afectiva conforme los lectores se sumergían más en el texto’.

Algunas críticas que ha recibido el estudio es que Hsu y su equipo ha fallado en encontrar alguna evidencia de un aumento de actividad en la ínsula anterior, otra parte de la red de empatía. ¿Por qué? J.K. Rowling, al escribir emociones tan vívidamente estimula más el giro medial cingulado (una región motora) más que la ínsula anterior (una región sensorial). En una prosa de menor calidad quizás habrían encontrado otro resultado.

Aresto momentum…

Pero el estudio se centra también a un nivel más básico. Por una parte, la mayoría de nosotros asociamos el perdernos en un libro con perder una hora antes de que nos demos cuenta (cuatro lineas puede no ser suficiente espacio para simular esto). Además, la actividad del cerebro señalada en este estudio habla más del tipo de fragmento elegido que de la inmersión en sí. Ni siquiera la sensación de miedo o suspense en los pasajes del primer tipo dice nada sobre el valor de los fragmentos neutrales: si todos los pasajes fueran de tensión y miedo, al final estos textos se convertirían en neutrales.

Esta evidencia puede ser un buen primer paso para entender a través de la neurociencia qué pasa cuando nos absorbe un libro (y no me refiero al diario de Tom Riddle). Mientras tanto, dejemos que la magia haga su papel.

Pd: Esta entrada participa en la XII Edición del Carnaval de Humanidades cuyo blog anfitrión es ::ZTFNews.

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Fuentes:

http://www.fastcodesign.com/3038165/evidence/the-neuroscience-of-harry-potter

http://www.sciencealert.com/the-neuroscience-behind-why-the-harry-potter-books

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5 respuestas a Harry Potter y las Reliquias de la Mente

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